TARA II, ‘Coulteria tinctoria’, chil., per., y TALA, nombre de varios árboles de la especie Celtis, rioplat.: proceden probablemente del quich. tára, que designa un árbol de la misma familia que la tara chilena.
1.ª doc.: tala, h. 1860, A. del Campo (Eleuterio F. Tiscornia, Martín Fierro comentario, 482).
Este árbol crece en todo el Norte y Centro de la Arg. y en el Uruguay; para las varias especies de
Celtis que llevan este nombre, vid. Garzón. En Tucumán y otras provincias norteñas dicen
la tala1, en el Litoral y en Cuyo
el tala2. El tala rioplatense es una ulmácea (¿urticácea?, según Garzón) espinosa, de madera fuerte y empleada para cercos, y su raíz se usa para teñir de color de café (datos de este mismo autor). En Chile, y según la Acad. en el Perú, corre
tara, como nombre de la
Coulteria Tinctoria, que es un arbusto de las leguminosas, y aunque sea planta muy diferente, es verosímil que el nombre tenga origen común porque la raíz de la
tara chilena se emplea igualmente para teñir de negro y para hacer tinta: Lenz,
Dicc., 712. Este autor y Lafone se abstienen de indicar etimología, aunque aquél emite la sospecha de que sea quichua, lo cual parece confirmarse por el gran número de topónimos compuestos con
Tala- que citan Lafone y Lizondo, cuyo segundo elemento está constituído por conocidas palabras quichuas. Dice Lizondo (pp. 328-9) que viene del quich.
tara, que Mossi da como nombre de árbol, sin otras precisiones; Lobato explica que pertenece a la familia del algarrobo [leguminosa, como la
tara chilena] y agrega que sus vainas frescas sirven para curtir y cuando secas se emplean para hacer tinta con caparrosa. Sin embargo, Lira dice que es la alcaparra, arbusto caparídeo, pero agrega que su fruto en vainas se emplea en tintorerías así como en encurtidos. Del cambio rioplatense de
-r- en
-l- puede ser responsable el influjo del verbo
talar ‘hacer una corta de árboles’ (o ¿ha habido confusión con el adj.
tala ‘espeso, denso’?). En Venezuela
tara designa una compuesta,
Montagnaea excelsa: quizá aquí se trate de un mero homónimo.
DERIV.
Talar ‘plantación de talas’ arg.
1 «El tala o la tala; la tala espinuda de los cercos y la pispa o pispita, alta, copuda, con sombra para cobijar un rancho» Fausto Burgos, La Prensa de B. A., 19-V-1940; la tala J. C. Dávalos, La Nación, 20-VII-1941; Carrizo, Canc. de Jujuy, s. v.― ↩
2 Payró, Pago Chico, ed. Losada, p. 22; Draghi, Canc. Cuyano, 88, 232; Rogelio Díaz, Toponimia de San Juan, s. v.; Bufano, La Prensa de B. A., 11-II-1940. ↩